19 may 2010

ía ía ía, que viva filolorgía, ía ía ía...

Bueno, pues aquí me encuentro, en Madrid, capital de la octava o novena potencia económica mundial, ciudad de más de tres millones y medio de habitantes, con un área metropolitana que casi llega a los seis, corte del mayor imperio europeo de la historia (aunque les pese a los británicos), sede de numerosos organismos internacionales, tercera ciudad por número de habitantes de la UE y tercera área metropolitana, con los edificios más altos del país, con uno de los servicios de metro con más kms de todo el mundo... y podría seguir con muchas más cosas increíbles y magníficas.

Pues bien, toda esta magnificencia y majestuosidad podrían irse a freír espárragos, lo cambiaría todo por encontrar un trabajito. Y es que preferiría vivir en... no quiero menospreciar a ninguna ciudad... Castellón y tener un curro. A media jornada, a jornada completa, de camarero, de ferretero, de mamporrero... cualquier cosa que no necesite llevar un traje. ¿Esta ciudad es incapaz de darme eso?

Me paso cinco años y algún mes estudiando una carrera que me encanta, que me da cultura, vocabulario, don de palabra, "correcto hablar", conocimientos históricos, filosóficos, literarios, lingüísticos, culturales, antropológicos incluso... ¿para qué? Que conste que no me quejo en absoluto de haber hecho lo que he hecho, estoy supercontento con mi carrera. Mi queja va al mundo, a la sociedad o al sistema. ¿Tanto ha evolucionado la sociedad del consumo y este capitalismo agresivo? Al mundo laboral sólo le hace falta gente práctica, que pueda reportarle más beneficio del que ya tienen: informáticos, empresarios, economistas, analistas, comerciales, médicos (bueno hombre, que salvan vidas. Más les vale no inventar algo para prevenir las enfermedades porque si no...), ingenieros...

¿Qué ocurre con aquellos que lo miramos y somos capaces de juzgarlo? Seguramente es que estos hombres prácticos prefieren no conocer nuestra opinión. ¿Qué pasa con aquellos que somos capaces de darle de comer al espíritu y a la mente? Pues sencillamente que sobramos. Nadie necesita dar de comer al espíritu y a la mente. ¿Para qué? Si lo que hoy día quieren las personas es una mansión mucho más grande de lo que necesitan, ocho coches para usar uno o dos, ropa cara, televisiones de plasma... nada de eso se consigue ejercitando el espíritu.

En fin, si es que ése es el problema, dinero, dinero, dinero y dinero. Yo busco trabajo para conseguir también dinero. Y es que sin ello no se puede vivir. Yo quiero un sueldo de ochocientos euros en un trabajo que me guste, sería el hombre más feliz del mundo, no necestiraría nada más. Hay personas que quieren más, y más, y más, y más...

Y es que este problema abarca a todas las humanidades: historiadores, filólogos, filósofos, historiadores del arte, humanistas, teóricos e historiadores de la literatura, lingüistas... nadie se escapa.

Al final me tendré que acabar yendo a Cuba, donde un filólogo come, bebe, ama, vive en su casita y tiene trabajo de lo suyo. Sin comodidades y con dificultades, pero seguro que con una vida plena dedicada a lo que le gusta, aunque sea en un ambiente que no le guste.

2 comentarios:

  1. Ay, Bern, que no caiga el pesimismo!!!

    La verdad es que es una mierda, y todo lo que dices es verdad. Ahora mismo uno no trabaja, uno se prostituye.

    ResponderEliminar
  2. Pero bueno, tio, como ya te dije en algun momento de una frase que oí por ahí: las casas, los coches, los televisores... todo se estropea, se rompe, se devalúa... en cambio, invertir en conocimiento es siempre una inversión al alza.

    ResponderEliminar